Frío
Bueno para: lesiones que conllevan inflamación e hinchazón.
El frío puede ser un elemento importante para el tratamiento de lesiones. Al contraer los vasos sanguíneos después de la aplicación, el frío es una forma efectiva de reducir e incluso prevenir la inflamación inmediatamente después de una lesión. La terapia de frío también puede dejar la articulación más móvil y mejorar la terapia manual. Aunque es difícil definir el protocolo más eficaz, se ha demostrado que la aplicación de compresas frías en las áreas inflamadas reduce significativamente la hinchazón en las lesiones de los tejidos blandos.
Calor
Bueno para: lesiones que involucran espasmos musculares y rigidez.
Se ha demostrado que la aplicación de calor disminuye el dolor y aumenta la movilidad después de algunas lesiones, principalmente aquellas que afectan tejidos blandos como músculos, tendones y ligamentos. Al hacer que el tejido sea más flexible, el terapeuta puede estirar mejor el área afectada.
Si bien el calor es una herramienta para ayudar al terapeuta a ser más efectivo, no debe ser el enfoque principal de un plan de tratamiento.