El embarazo supone una transformación física de la mujer que se produce de forma progresiva. El crecimiento del bebé produce un aumento de peso en la parte delantera del cuerpo y la postura de la mujer cambia. Para compensar este desequilibro, la musculatura empieza a trabajar de una forma diferente e, incluso en las últimas semanas, se observan cambios como una mayor separación de las piernas o un aumento de las curvas de la columna. Todo esto puede provocar molestias físicas, calambres musculares o incluso dolores de espalda.
Sin embargo, el mantener una actividad física adecuada y respetuosa con el momento del embarazo, ayuda a equilibrar tu cuerpo y a evitar dichas dolencias. Una actividad basada en movimientos controlados, ejercicios de reeducación de la postura y el equilibrio ayuda a mejorar el bienestar. Este tipo de actividad te ayudará a integrar los cambios que se producen en el embarazo y a equilibrar tu cuerpo para evitar dolores, dando flexibilidad y tonicidad a los músculos, a la vez que se aprende a controlar la respiración para conseguir relajación.
Además, la realización de estos ejercicios permite a la mujer embarazada dedicar un tiempo para sí misma, siendo un buen momento para desconectar, relajarse y pasarlo bien, al tiempo que se hace ejercicio.
Practicar ejercicio controlado aporta diversos beneficios a la mujer:
- Promover la mejora de la postura antes y después del embarazo, lo que ayuda a prevenir dolores de espalda o lesiones. Mejorando la estabilidad de la pelvis y la espalda.
- Preparar el suelo pélvico para soportar el aumento de peso, previniendo disfunciones uroginecológicas.
- Preparar la parte superior del cuerpo para las demandas del cuidado del recién nacido y la parte inferior para el aumento de peso del abdomen.
- Preparar a la madre para las demandas de la lactancia.
- Mantener las funciones abdominales y prevenir la diástasis.
- Estimular la realización de trabajo cardiovascular, mejorando el sistema circulatorio que previene hinchazón en piernas.
- Mejorar las habilidades de relajación y favorecer un descanso más reparador.
- Preparar físicamente el cuerpo para el parto y el postparto. Mantener una forma física adecuada será de gran ayuda en el momento del parto, disminuyendo el cansancio y sensación de fatiga, afrontando mejor cada una de las contracciones.
Igual que los deportistas realizan un entrenamiento progresivo a la hora de enfrentarse a un reto deportivo, el embarazo es el momento en el que debemos prepararnos para el parto.
En Clínica Vitae, tenemos grupos reducidos y un tratamiento personalizado adaptando cada ejercicio a las necesidades de cada alumna.